UNA MONJA Y UN CURA...

[Gustavo 10]

Una monja y un cura, en misión evangélica, son sorprendidos por la noche en un paraje muy alejado. Encuentran una choza, y en ella hay una cama, una bolsa de dormir y cuatro mantas.
El párroco, como corresponde, cede el lecho a la hermana y se tiende en el suelo, en la bolsa de dormir.
Al rato la monja dice:
-Padre, tengo frío...
-No se preocupe hermana, ya le alcanzo una manta.
El cura abre el cierre de la bolsa, sale de ella, toma una de las mantas y la coloca encima de la religiosa.
Poco después, la monja vuelve a la carga:
Padre, todavía tengo frío...
Nuevamente el cura abre el cierre de la bolsa, sale de ella, se levanta, toma una de las mantas y se la alcanza a la monja.
No habían pasado cinco minutos, que el cura escucha:
-Padre, sigo muriéndome de frío...
-Dígame hermana. Ya que estamos tan lejos de la civilización, nadie nos ve ni nos escucha mas que Dios, y Él seguramente sabrá comprender este momento de debilidad, ¿No le parece que podríamos hacer de cuenta que somos marido y mujer?
La religiosa, entusiasmada y con vos sensual responde:
-Pero claro, padre, hagamos de cuenta que somos marido y mujer...
-¡ENTONCES LEVANTATE VOS, AGARRÁ LAS FRAZADAS DE UNA BUENA VEZ Y NO ME ROMPAS MÁS LAS PELOTAS!...